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Esta es una nueva vida alejada del conflicto

La mujer de las    mil batallas

MIRIAM

La Gabarra corregimiento de Tibú, Norte de Santander un departamento fuerte en la producción de maíz, rico por los bellos colores de sus paisajes, la profundidad de su naturaleza y la tranquilidad que poseen sus calles, en las que Miriam López vivía junto a sus cuatro hermanos y su padre, quien trabajaba dentro de un gremio de agricultores en una zona cerca de su rancho.

 

Esta era una zona donde habitaban líderes sociales, agricultores y personas que aportaban a la construcción y el mejoramiento del municipio, por esos días los habitantes de  La Gabarra escucharon rumores que los paramilitares llegarían en cualquier momento, pero esto no fue impedimento para los tibuyanos, porque aún así continuaron con sus labores diarias.

 

Dicha tranquilidad cambió un 15 de junio de 1999, una tarde que fue interrumpida por amenazas que venían de los paramilitares, estos grupos armados con una lista en sus manos llamaron a hombres y mujeres e iniciaron una masacre humana, llegaron con el argumento en el que sustentaron los homicidios cometidos con que “esta vereda era colaboradora de las FARC”.

 

Durante la masacre Miriam salió a correr para salvarse de los tiroteos, luego se encontró con un sin número de muertos regados entre las calles y las casas de la zona donde vivía, y allí se encuentra con que su padre y sus hermanos fueron abatidos, ella inmediatamente se lanza sobre los cuerpos de sus familiares y rompe a llorar desconsoladamente por horas.   

 

En el 2001 Miriam se desplazó hasta al municipio de Hacarí, Norte de Santander con la idea de darle un nuevo rumbo a su vida, en ese lugar conoció a quien fue el amor de su vida, su compañero sentimental Rafael*, con quien tenía planes de montar su propio negocio de comercialización de frutas, verduras y todos los productos agrícolas que más se producen en la región. Como un suceso repetitivo en la vida de Miriam, la violencia  de los paramilitares vuelve y le arrebata a uno de sus seres queridos, un día su comprometido fue a trabajar y nunca más regresó. Es así como la vida de Miriam ha estado marcada por hechos de tragedia y los estragos del conflicto armado colombiano que ya lleva la cuenta de casi 60 años.

La esperanza de empezar una nueva vida, impulsó a Miriam para que  en el año 2003 llegara a la ciudad de Bogotá, donde sus condiciones para vivir no eran las mejores, en esta nueva ciudad demostró que su carácter y tenacidad se habían fortalecido desde ese mismo 15 de junio de los años 90.

 

Para ese mismo año Miriam fue recibida en la Unidad de Víctimas de la capital colombiana donde lideró un compromiso con las mujeres violadas dentro del conflicto armado junto a otras dos mujeres provenientes del Tolima y Quibdó. Al emprender este proyecto Miriam y sus compañeras fueron amenazadas en numerosas ocasiones por medio de panfletos y a pesar de esto continuaron con su proyecto.

 

Paso a paso reinició su vida y logró entrar a una empresa de aseo, llamada Limpezas S.AS, en la que Miriam empezó su vida laboral realizando labores de limpieza en organizaciones privadas y del estado, donde le dieron la oportunidad de encontrar su paz. Según Miriam esta es una empresa comprometida con las mujeres víctimas del conflicto armado, como entidad privada ha acogido a más de 90 mujeres de diferentes departamentos y municipios azotadas por la violencia, que trabajan interna y conjuntamente para la reconstrucción de la vida de muchas mujeres como ella.

 

La FiP, Fundación Ideas para la Paz, asegura que las personas desmovilizadas y víctimas del conflicto armado, dentro de una organización puedan tener garantías de derechos humanos, las mismas que  han sido violadas en territorios de conflicto. Desde el año 2010 aumentó en 70 % el número de empresas que aceptan a personas desmovilizadas, en el que han iniciado un proceso de perdón y reconciliación al igual que sus víctimas.

 

*(Nombres sin apellidos para proteger la seguridad de la fuente) 

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